San Bartolomé es reconocido como uno de los Doce Apóstoles elegidos por Jesús, aunque no se cuenta con mucha información detallada sobre su vida. Se cree que era de origen hebreo, ya que su nombre tiene raíces hebreas. Tras la Ascensión de Jesús, algunos sostienen que evangelizó en regiones de la India, cerca de lo que hoy es Mumbai, aunque hay discrepancias en esta afirmación. Por otro lado, la tradición armenia afirma que junto a San Judas llevó el mensaje cristiano a Armenia, donde fue martirizado.
En cuanto a su identidad, se ha sugerido a lo largo de los siglos que Bartolomé y Natanael podrían ser la misma persona. Esta teoría se basa en las similitudes entre el relato de Felipe llevando a Natanael ante Jesús en el Evangelio de Juan y las menciones de Bartolomé en los Evangelios sinópticos. Se piensa que "Natanael" era su nombre personal, mientras que "Bartolomé" podría ser su apellido, derivado del hebreo "Bar Tolmai", que significa "hijo de Tolmai", un nombre posiblemente asociado con la agricultura.
El Evangelio de Juan narra cómo Natanael se encuentra con Jesús tras ser presentado por Felipe. Inicialmente escéptico sobre la proveniencia de Jesús, al enterarse de que venía de Nazaret, Natanael expresa sus dudas, preguntando si algo bueno podría venir de ese lugar. Sin embargo, cuando Jesús le demuestra un conocimiento previo sobre él, Natanael cambia su percepción y reconoce a Jesús como el Hijo de Dios.
Bartolomé aparece en las listas de los Apóstoles en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, así como en el libro de los Hechos, siempre en compañía de Felipe, quien fue su amigo cercano y el encargado de presentarlo a Cristo. Durante el ministerio de Jesús, Bartolomé habría sido testigo de sus enseñanzas, milagros y, sobre todo, de su resurrección. Como Apóstol, recibió el mandato de predicar y sanar en nombre de Jesús.
La muerte de Bartolomé está envuelta en cierta incertidumbre. Las tradiciones varían, pero la más conocida sostiene que fue desollado vivo y crucificado en Armenia tras convertir al cristianismo al rey Polimio. Debido a esta forma de martirio, es común verlo representado en el arte cristiano sosteniendo su propia piel, como en la famosa pintura del Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.
San Bartolomé también es venerado como patrón de los carniceros, curtidores, contadores y peleteros, en parte debido a la leyenda sobre su martirio. Sus reliquias se veneran en la Iglesia de San Bartolomé en la isla Tiberina de Roma, donde se cree que fueron llevadas en el año 983.
Bartolomé nos ofrece una lección de humildad y fe. Su encuentro con Jesús, y la forma en que cambió su percepción inicial, nos recuerda que no debemos prejuzgar ni permitir que nuestras expectativas nos impidan ver el verdadero bien en los demás.