San Bartolomé Becerra es historia, tradición y fe en un rincón de Antigua Guatemala

Escrito el 24/08/2024
Pablo Ambrosio


A tan solo dos kilómetros de la Antigua Guatemala, una joya cultural y religiosa se mantiene viva en la aldea de San Bartolomé Becerra, fundada a finales del siglo XVIII por el caballero español Don Bartolomé Becerra. Con una extensión de 78 kilómetros cuadrados, esta comunidad enclavada en las montañas guatemaltecas se ha convertido en un bastión de tradición, fe y laboriosidad.

Geografía y Clima
San Bartolomé Becerra se localiza al sur poniente de la antigua Ciudad de Santiago de Guatemala, hoy conocida como Antigua Guatemala, a una altitud de 1,535 metros sobre el nivel del mar. Este factor geográfico le otorga un clima templado durante todo el año, haciéndolo un lugar ideal para el desarrollo de la agricultura y el cultivo de diversas especies florales y frutales.

La aldea limita al norte con Pastores, Santa Lucía Milpas Altas y Santa María de Jesús; al este, con Magdalena Milpas Altas y Santa María de Jesús; al oeste, con Ciudad Vieja, San Antonio Aguas Calientes y nuevamente Pastores. Estas colindancias no solo determinan la ubicación geográfica, sino que también reflejan una conexión con otras comunidades que comparten una riqueza cultural y agrícola similar.

La economía local es un tesoro de la tierra y el arte
Los habitantes de San Bartolomé Becerra, que suman aproximadamente 2,500 personas, han sabido preservar sus tradiciones y costumbres a lo largo del tiempo. La economía local gira en torno a la agricultura y la artesanía. La producción de café destaca entre las actividades principales, gracias a las fértiles fincas que rodean la aldea, como la Retana, El Pirú, Santa Teresa y La Margarita. Estos terrenos producen café de alta calidad, que no solo es reconocido en el mercado local, sino que también ha comenzado a ganar notoriedad en el mercado internacional.

Además del café, San Bartolomé Becerra se caracteriza por su producción de maíz, frijol, frutales, flores, legumbres y hortalizas. Todos estos productos son conocidos por su frescura y sabor. La artesanía también ocupa un lugar importante en la economía local, con la creación de muebles tallados en maderas finas y tejidos típicos de una calidad exquisita. Las manos de los artesanos locales han transformado la madera en verdaderas obras de arte, reflejando el ingenio y la destreza de generaciones enteras dedicadas a este oficio.

 



La Fe y la fiesta: celebraciones que unen a la comunidad
La vida religiosa es el pilar central de San Bartolomé Becerra. La mayoría de los habitantes profesa la religión católica, aunque hay espacio para otras expresiones religiosas. La celebración más importante del año ocurre el 24 de agosto, en honor a San Bartolomé Apóstol. Durante esta festividad, la aldea se transforma en un escenario de actos religiosos, culturales, deportivos, sociales y populares que reflejan el espíritu comunitario y la devoción de su gente.

Este 2024, como todos los años, la comunidad comenzó a prepararse con fervor. Las calles y la plazuela se adornaron, las marimbas resonaron y los vecinos, con devoción y alegría, esperaron la llegada del gran día. El viernes 23 de agosto, la  imagen de San Bartolomé salió en procesión, un evento que congrega a cientos de fieles, quienes acompañan la imagen en su recorrido por la aldea. Así mismo se vivió el baile de los gigantes por la aldea.

Un legado que perdura
San Bartolomé Becerra no solo es un testimonio de la historia colonial guatemalteca, sino también un ejemplo de cómo una comunidad puede prosperar manteniendo un fuerte vínculo con sus raíces. La laboriosidad de sus habitantes, combinada con su profunda fe religiosa, ha permitido que esta aldea siga siendo un lugar lleno de vida, tradición y esperanza.

A medida que el mundo avanza, San Bartolomé Becerra se mantiene firme en su identidad, celebrando cada año con la misma energía y dedicación que han caracterizado a esta comunidad desde su fundación hace más de dos siglos.