¿Sabías que San Sebastián no murió a causa de las flechas?

Escrito el 20/01/2024
Pablo Ambrosio


San Sebastián mártir, patrono de la arquería, de los soldados y los atletas. Cada 20 de enero tiene lugar su fiesta titular.

Sebastián nació hacia el año 256 en Narbona, hoy en la actual Fancia, pero que en ese momento formaba parte del imperio romano. Siguió la carrera militar con éxito y llegó a ser jefe de la cohorte de la guardia imperial romana, cargo militar de altísimo rango que obtuvo, con toda seguridad, gracias a su fortaleza.

Sin embargo, contra lo que podría esperarse de alguien al servicio directo del emperador Diocleciano, célebre perseguidor de cristianos, Sebastián se convirtió a la fe y abrazó la causa de Cristo.


Es muy probable que el santo haya quedado conmovido por el testimonio de tantos y tantos cristianos asesinados a manos del emperador.

Como muchos otros, Sebastián debe de haber sentido en algún momento el mismo rechazo contra aquellos que no creían en los dioses, no seguían las costumbres de los patricios (Los patricios eran los más poderosos, grandes propietarios de tierras. Eran los únicos «ciudadanos» romanos, podían votar y ser elegidos para cargos públicos y religiosos.) o no compartían sus ambiciones. Quizás fue la sangre de tantos y tantos que morían invocando el nombre de Cristo lo que ablandó su corazón y lo hizo dirigir su alma hacia el Dios verdadero.

Consciente del sufrimiento de sus hermanos perseguidos, aprovechó su cargo militar para protegerlos y ayudar, en especial, a los que caían prisioneros. Durante algún tiempo tuvo éxito en su propósito, gracias a que mantuvo en secreto su fe y a que cumplía con sus deberes militares. Sin embargo, fue traicionado y denunciado ante Maximano por no participar en los rituales habituales ni en las fiestas.

Maximiano (autoridad máxima junto a Diocleciano) le ofreció el perdón a cambio de que renuncie a ser cristiano. Como Sebastián no aceptó la propuesta, fue degradado, castigado con crueldad y luego condenado a morir atravesado por las flechas.


Atravesado por las flechas

El día de su ejecución, San Sebastián fue llevado al estadio, despojado de sus ropas, atado a un poste y ejecutado. Sus antiguos subordinados fueron los encargados de descargar sus flechas contra su cuerpo. Aquella escena debió ser simplemente terrible, tanto que ha quedado inmortalizada y ha servido de inspiración para cientos de obras de arte a lo largo de la historia.

Quizás también ha contribuido a perennizar su devoción, dado su profundo dramatismo, de alguna manera San Sebastián atravesado y sangrante constituye el paradigma del mártir, un intercesor en los momentos más duros.

Este trágico episodio con las flechas no le ocasionaría el deceso, como es de conocimiento popular. San Sebastián fue rescatado y sanado. A pesar de sus lúgubres heridas, no fuero suficientes para detenerlo y encarar de nuevo al emperador, quién lo daba por muerto. Maximiano enfurecido manda a lapidar, esta vez sin error, los soldados cumplen con la misión y se reporta su martirio.

Su muerte aconteció en el año 288. Su cuerpo fue rescatado y enterrado en un sepulcro dentro de las catacumbas de la vía Apia, en la ciudad de Roma. Hoy puede visitarse la basílica construida en su honor en la Ciudad Eterna.

 



Es bien sabido que San Sebastián es muy querido. En Guatemala es popularmente conocida la Parroquia Rectoral de San Sebastián en el Centro Histórico, pero, La Merced en la Antigua Guatemala lleva por nombre Parroquia San Sebastián. Hay sitios que también le hacen honor a este santo teniendo por nombre a sus respectivos municipios, en Retalhuleu  o Huehuetenango.

Se pide la intercesión de San Sebastián contra las plagas, las enfermedades, las heridas por flechas y las persecuciones.