La Madre que quiso ser consagrada por Quetzaltenango

Escrito el 20/01/2024
Jason Alejandro Racancoj Ulin

La Madre que quiso ser consagrada por Quetzaltenango

“Porque se fijó en su humilde esclava, desde ahora todas las generaciones me llamaran bienaventurada” Evangelio de San Lucas 1:48.

A Quetzaltenango se le ha denominado “Ciudad de María”; ¿Pero a qué se debe esta denominación? ¿Qué relación tiene la Madre de nuestro Señor Jesucristo con la ciudad de los Altos?

Quetzaltenango ha tenido diferentes nombres, así como diferentes patronazgos durante el transcurrir de los siglos, esta tierra del altiplano seria llamada Kulaja hace más de 1500 años cuando fue ocupada por la etnia Mam; posteriormente seria llamada Xelajuj Noj ya que fue ocupada por la etnia Kiche que venia del norte del departamento del Quiche exactamente de Uspantan, estando habitada precisamente por los kiches cuando ocurriría la intromisión española en el año 1524 llegando con ello la primera eucaristía la cual se celebraría el 15 de mayo siendo para la celebración de Pentecostés de dicho año.




La llegada de los ibéricos trajo consigo la evangelización y tradiciones católicas; con ello vendría el primer patrón del pueblo de Xela siendo este el Espíritu Santo debido a la fundación de la ciudad en Pentecostés, posteriormente cuando se llegará a realizar la fundación del ayuntamiento de Quetzaltenango un 03 de enero de 1806, se nombraría al Dulce Nombre de Jesús y a la Inmaculada Concepción de María como patrones especiales de la ciudad, sin embargo ninguna de estas benditas devociones se lograría comparar con la devoción, fé y amor que los quetzaltecos le tendrían a una advocación de la Señora del Cielo, misma que marcaría fuertemente la vida de toda una ciudad hasta el día de hoy.

“Bella como la Luna de Xelajú, ruega por nosotros; Cercana a Dios como la ciudad de las cumbres, ruega por nosotros; Corazón de fuego como el volcán de tu nombre, ruega por nosotros” parte de las Letanías Quetzaltecas.



La tradición oral permite transmitir historias con el sentimiento de quien lo relata y el quetzalteco tiene por medio de esta tradición el poder relatar una de las leyendas más hermosas; “Unos españoles tenían por destino la ciudad de Santiago de los Caballeros, cansados del viaje y admirados por la belleza de Quetzaltenango, decidirían descansar, sin embargo al querer retomar su viaje, la carreta que llevan consigo, la cual era jalada por bueyes, no pudo moverse y fue imposible mover dicha carreta, ni animales ni personas lograron tal cometido, el cargamento era una imagen de Nuestra Señora, por lo que por fe los españoles creyeron que la Santísima Virgen deseaba permanecer en aquella ciudad”.

Algunos documentos del siglo XVI mencionan que se fundó la Cofradía del Rosario en Quetzaltenango, la cual estaría dividida por las Capitanas Españolas y las Capitanas Indígenas Naturales, permaneciendo hasta el día de hoy estas últimas. Lo cual demuestra que durante siglos se ha tenido una fuerte devoción a la Madre de Dios, por medio de su advocación de Nuestra Señora del Rosario.

Existen relatos y leyendas entorno a la Santísima Virgen del Rosario que los quetzaltecos tienen presente, como en el año de 1902 cuando el volcán de Santa María desataría su furia contra Quetzaltenango, las cenizas volcánicas incluso llegarían hasta Costa Rica y este acontecimiento dio paso al volcán que hoy se conoce como Santiaguito,  según testigos decían que en el cráter se pudo observar a una dama con su niño en brazos que benevolente enviaba su bendición y con su manto cubría la ciudad, con el cual paro la furia que había desatado el volcán.



Otra de las leyendas es cuando Rafael Carrera vendría a invadir por segunda vez el Estado de los Altos, las mujeres afligidas ante la invasión corrieron a postrarse ante la Santísima Virgen del Rosario rogándole por sus hijos, esposos y hermanos. Cuando Carrera se acercaba a la ciudad en el camino fue detenido por una dama bella, cautivado con su belleza, el invasor entablo un diálogo con la bella dama. Carrera expresó que los altenses eran unos cobardes que se escudaban en una dama enviándole a pedir mercedes, sin embargo, ella lograría hacerle prometer al sanguinario y brutal invasor que no cometería los crímenes del año cuarenta y a la vez le indico que le vería en la Iglesia del Espíritu Santo.

Al estar en la ciudad Carrera la busco por todos lados, pero no la encontraría, a la hora del Te Deum este ingreso a la Parroquia del Espíritu Santo junto a otros personajes y corporaciones que invadieron el templo. El oficio iba a comenzar y oh sorpresa al observar el retablo ¡Allí Estaba Ella! ¡La niña anhelada estaba allí! Era la Santísima Virgen del Rosario, que el día anterior se hizo mujer de Quetzaltenango para ir a obtener la promesa que nada le pasaría a su pueblo amado de Xelajú. La Madre bendita ha protegido a su pueblo de la furia de la naturaleza y aun mas de la furia del corazón de quienes han querido herir a sus hijos.

“Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la Luna bajo sus pies, y una Corona de doce estrellas sobre su cabeza” Apocalipsis 12, 1.

Si los milagros son la muestra de amor de una madre que protege a los suyos, los quetzaltecos han tenido a bien rendirle los homenajes que una madre se merece, por eso no es de extrañarse que la Madre de los Quetzaltecos llegara convertirse en la tercera imagen consagrada de Guatemala y la primera del interior del país. El día sábado 20 de enero de 1781 en el interior de la Parroquia del Espíritu Santo y con una ceremonia presidida por el Arzobispo de Guatemala Cayetano Francos y Monroy se desarrollaría la Consagración de la Virgen del Rosario y del Niño que porta en brazos “el sol durmiente de Xelajú”, coronándose por primera vez en la misma ceremonia a la Reina de Quetzaltenango.

 



Capitanas Indígenas de la Virgen del Rosario


Y como para el hijo que ama a su madre bendita no es suficiente coronarla una vez, sería necesario coronarla nuevamente, pero esta vez no en el interior de su amada Catedral Altense, sino que en los llanos de Olintepeque, hoy en día el periférico de la ciudad de Xela, aquí seria el lugar donde un lunes 07 de marzo de 1983 se le colocaría a la Santa Señora nuevamente una corona sobre sus cienes, siendo en esta ocasión el encargado de dicho acto su Santidad el Papa hoy San Juan Pablo II, siendo un gozo enorme de los quetzaltecos al ver a su patrona con tal privilegios, ser la primera imagen coronada por un pontífice en tierras guatemaltecas, el santo padre le dejaría obsequiado al bendito niño un rosario que él especialmente le había traído y dejaría un mensaje a los quetzaltecos en un idioma que ellos conocían bien el Kiche.



Hace 500 años cuando Quetzaltenango fue fundada no lo sabía, pero ya había sido escogida para tener la poderosa intercesión de una bella dama que, revestida con vestimentas medievales de la realeza, los protegería como protege a su pequeño hijo, que resulta ser nuestro Dios y Señor. Por ello cada penúltimo jueves de septiembre se escucharán los cuetillos, las sirenas, las bandas escolares y las personas decir: “hoy es la bajada de Virgen”.

Ocultas bajo de un velo
Dexa estrellas por memorias
Mascilas descubre el cielo
A rallos de tantas Glorias
Premie el Rosario el hanelo
Labró de Estrellas la Aurora
AcoYris en tu capilla
Sentellando en la hiladuria
De los fieles que athesora
Estos Rallos en María
Año de 1772.

Poema en la chipa de Plata de la Virgen del Rosario de Xela.


Redacción: Jason Alejandro Racancoj Ulin
Fotografías: Douglas Barillas