San Marcelo Papa: un héroe en tiempos de persecución y reconstrucción eclesial

Escrito el 16/01/2024
Pablo Ambrosio


Hoy, 16 de enero, conmemoramos la vida y legado de San Marcelo Papa, quien ostenta el lugar número 30 en la lista de los Pontífices que han guiado la Iglesia Católica a lo largo de los siglos.

Marcelo, vicario de Cristo durante un breve periodo desde mayo/junio 308 hasta enero 309, enfrentó tiempos tumultuosos. Su nacimiento, aunque incierto, se sitúa en la ciudad de Roma. Este valiente líder cristiano vivió bajo la sombra de la persecución de Diocleciano entre 303 y 305, resistiendo las adversidades sin renunciar a su sacerdocio.

En medio de una Iglesia sacudida por la apostasía y el miedo durante esos años, Marcelo destacó por su valentía y lealtad. Su elección como Papa en 308, con la participación del clero romano, marcó el inicio de la recuperación de la paz, aunque la persecución había dejado estragos en la estructura eclesial y sembrado el temor.

La Providencia divina guio la elección de Marcelo, al asumir la sede de Pedro, adoptó una postura compasiva. A pesar de las críticas, decidió acoger a aquellos que habían abandonado la fe, imponiendo el arrepentimiento público y la penitencia como condiciones para su retorno a la Iglesia.

Esta decisión no fue bien recibida por todos, generando controversias entre aquellos que deseaban un retorno sin condiciones. Sin embargo, Marcelo, asesorado por hombres santos, trazó un camino penitencial que buscaba la justicia y la caridad para todos.

Paralelamente, el Papa Marcelo emprendió la reconstrucción de los templos destruidos durante la persecución y reorganizó la estructura eclesial. Desplegó una energía enérgica pero moderada, dividiendo Roma en 25 sectores y designando a un presbítero para liderar cada uno.

A pesar de la aceptación general, algunos protestaron y acusaron a Marcelo de conspirar contra el emperador Majencio. Este excediéndose en su función civil, ordenó el destierro del Papa. Según el Libro Pontifical, Marcelo continuó gobernando la Iglesia en la clandestinidad, siendo finalmente descubierto y enviado a trabajos forzados, donde enfermó y falleció el 16 de enero de 309.

En este día, recordamos a San Marcelo como un líder intrépido, defensor de la fe y constructor incansable de la Iglesia, cuyo legado perdura a lo largo de los siglos.