17/12/2023, Domingo III de Adviento.
Es necesario tener presente que el Adviento tiene también una motivación a la penitencia y conversión. Dichas acciones están asociadas a la preparación a la celebración del nacimiento del Niño-Dios. Es por eso que a este tiempo litúrgico se le denomina "fuerte" en el sentido que antece a la Navidad e implica: más oración, austeridad, conversión y lectura de La Palabra. Implica también desarrollar con dedicación la fe, esperanza y sobre todo la caridad para con el prójimo y llegar preparados espiritualmente a tan importante solemnidad.
Por esa razón, el color litúrgico es el morado (penitencia-conversión). Existe una "excepción" este tercer domingo de Adviento en cuento que cambia el color litúrgico. ¿Y por qué? Pues porque es el domingo de la alegría (también llamado Gaudete). Esta alegría se deriva porque se acerca el Nacimiento de Jesús. Un entusiasmo que nos hace decir <un ya pero todavía no.>
Además, hay una especie de remanso en la observancia penitencial y aflora un sentimiento de expectación por la solemnidad que está "a la vuelta de la esquina".
Veremos, pues, a los sacerdotes celebrar la Eucaristía hoy, revestidos con casulla rosada (ornamentos) que evoca alegría. Podría decirse que es un color que mezcla el morado penitencial y el blanco de la luz plena que es Jesús.
Hay que apuntar que dicha variable no es obligatoria y algunos sacerdotes podrán usar la casulla morada.
Lo mismo va a suceder el cuarto domingo de Cuaresma, llamado Laetare y en el que también se usa el color litúrgico rosado, asociado a la cercanía de la de La Pascua del Señor.
Deseamos que este domingo tercero de Adviento podamos repetir como san Pablo: <Estén siempre alegres en el Señor>. Flp 4, 4. Y sobre todo, que participemos en La Misa con alegría porque el Mesías esperado está por nacer.
