El Papa enfatizó a los 14 diáconos próximos a la ordenación sobre la importancia de comprometerse a ejercer el ministerio sacerdotal de por vida como fieles colaboradores del orden episcopal, sirviendo al pueblo de Dios bajo la guía del Espíritu Santo. Destacó tres elementos fundamentales en este ministerio: la colaboración fiel, el servicio al pueblo de Dios y la orientación por el Espíritu Santo.
En cuanto a la colaboración, el Papa subrayó la importancia de ser colaboradores fieles en el presbiterio, evitando la autonomía y buscando la formación continua. En cuanto al servicio, instó a los futuros sacerdotes a mantener una mentalidad diaconal, centrada en el servicio, y a estar disponibles para las necesidades de los demás, renunciando a la propia agenda y mostrando compasión y ternura. Finalmente, en cuanto a la orientación por el Espíritu Santo, enfatizó la necesidad de confiar en la guía del Espíritu en la vida diaria, cultivando una relación íntima con Dios a través de la oración y la adoración.
El Papa advirtió sobre el riesgo de confiar en las propias fuerzas en lugar de en el Espíritu Santo, y destacó que la verdadera unción viene de permanecer en la presencia de Dios. Concluyó que vivir bajo la guía del Espíritu capacita a los sacerdotes para interceder por el pueblo de Dios y por la humanidad en su conjunto.