El Papa llama a una fe en acción: Salir al encuentro de la humanidad herida, inspirados en el dinamismo de Jesús

Escrito el 05/02/2024
Pablo Ambrosio


Una fe madura impulsa nuestro actuar, nos incita a emular a Jesús al salir al encuentro de la humanidad sufriente, revelándonos así al Dios amoroso y consolador. La importancia del movimiento fue resaltada por el Papa en su reflexión de hoy al mediodía, durante el Ángelus, en la Plaza de San Pedro. El Evangelio presenta a un Jesús activo, predicando en la sinagoga, sanando a los enfermos, retirándose en oración y retomando su trayectoria, un constante dinamismo que nos desafía.

El Pontífice subraya que Jesús, al encontrarse con la humanidad herida, nos muestra la cara paternal de Dios. Contrario a la idea de un Dios distante e indiferente, el Evangelio nos revela a un Padre lleno de amor que se acerca, visita nuestros hogares, busca salvar y liberar, curando tanto el cuerpo como el espíritu.

El Papa enfatiza que Dios siempre está cerca de nosotros, demostrando una actitud de cercanía, compasión y ternura. Nos insta a recordar que Dios se acerca para acompañarnos con ternura y perdonarnos. En un día marcado por el movimiento constante, Jesús se retira en oración, fortaleciéndose para seguir adelante y regresar a sus semejantes. Este continuo caminar de Jesús, según el Papa, nos invita a reflexionar sobre nuestra fe y nos interpela.

El Santo Padre plantea preguntas reflexivas sobre la naturaleza de nuestra fe, instándonos a cuestionar si hemos reconocido a Dios como Padre misericordioso, si nuestra fe nos impulsa a la acción o si se queda como un consuelo introspectivo. También nos desafía a considerar si nuestras oraciones nos llevan a difundir el consuelo de Dios, emulando el ejemplo de Jesús.

Para responder a estas preguntas, el Papa aconseja mirar el camino de Jesús y abandonar la idea de un Dios distante. Propone convertirnos diariamente al Padre del amor y la compasión, seguir el camino de Jesús y buscar la ayuda de María, la Mujer en camino, para salir de nosotros mismos y proclamar al Señor. Al descubrir el verdadero rostro del Padre, nuestra fe madura, llevándonos a ser portadores de la esperanza y la sanación de Dios, en lugar de ser meros observadores de la fe.

Con informació de Vatican News