El Papa Francisco clausura semana de oración por la unidad con llamado urgente a la fraternidad y el servicio

Escrito el 25/01/2024
Pablo Ambrosio



Francisco insta a avanzar hacia la unidad en la clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

En la basílica de San Pablo Extramuros, el Papa Francisco presidió las Segundas Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, marcando el cierre de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. En su homilía, enfatizó la necesidad de la conversión del corazón, destacando que el amor auténtico, que no señala ni se distancia, sino que pone al hermano por encima de las barreras religiosas, es el camino hacia la unidad.

Bajo el lema "Amarás al Señor tu Dios ... y a tu prójimo como a ti mismo", el Papa agradeció la presencia del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el metropolita Policarpo, representando al Patriarcado Ecuménico. También reconoció a los participantes en la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico y en la Comisión Internacional para la Unidad y la Misión.

Abordando las preguntas evangélicas sobre la herencia de la vida eterna y quién es el prójimo, el Papa subrayó la importancia de no reducir a Dios a un medio para obtener deseos personales. Destacó la parábola del buen samaritano como un llamado a ser prójimos mediante el servicio gratuito.

Francisco desafió a las comunidades cristianas a cuestionarse si se hacen prójimas o se aferran a sus propios intereses, advirtiendo que la infidelidad al Evangelio va más allá de errores estratégicos. Inspirándose en la conversión de San Pablo, abogó por una inversión existencial centrada en la docilidad hacia Dios y la apertura a su voluntad.

La unidad, según el Papa, es la voluntad divina expresada en la oración y la conversión del corazón. En su llamado a la unidad, expresó oraciones por el fin de las guerras, especialmente en Ucrania y Tierra Santa. Agradeció a las comunidades cristianas de Burkina Faso por su contribución a la Semana de Oración por la Unidad.

La homilía concluyó con reflexiones del arzobispo de Canterbury y un mandato conjunto a los obispos católicos y anglicanos para dar testimonio de la unidad en sus regiones. El Cardenal Kurt Koch, al finalizar, destacó el papel fundamental del amor en los esfuerzos ecuménicos y abogó por un "ecumenismo de la caridad" que reconcilie las diferencias en una unidad más hermosa.