El Papa invita a instaurar a la paz y la esperanza en un mundo dividido

Escrito el 19/01/2024
Pablo Ambrosio



En un contexto de marcada división, el Papa Francisco insta a desafiar las corrientes predominantes, abogando por globalizar la esperanza, la unidad y la concordia en lugar de ceder a la indiferencia, polarizaciones y conflictos.

 

Dirigiéndose a la Federación Internacional de Universidades Católicas (F.I.U.C.), con motivo de su centenario, el Papa Francisco presenta un discurso ante sus ciento cincuenta representantes en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico. Aunque por razones de salud decide no leer el extenso texto debido a un resfriado persistente, el Pontífice enfatiza la importancia de la labor de las universidades católicas, agradeciéndoles por sembrar conocimiento científico, la Palabra de Dios y un auténtico humanismo.

 

En medio de lo que describe como la "tercera guerra mundial en pedazos", el Papa destaca la necesidad de que las universidades católicas lideren la construcción de una cultura de paz, abordando de manera interdisciplinaria sus diversas dimensiones. Asimismo, subraya que estas instituciones deben ser expresiones del amor divino hacia la humanidad.

 

En el discurso preparado, el Papa aborda la actual comercialización de la educación y la inversión impersonal en instituciones educativas. Exhorta a las universidades católicas a demostrar una naturaleza y lógica distintas, enfocándose no solo en la eficiencia burocrática, sino en cultivar una pasión por la búsqueda común de la verdad y un sentido de comunidad basado en el amor generoso.

 

Frente a la tentación de encerrarse en una burbuja social segura, el Papa Francisco insta a las universidades católicas a no sucumbir al miedo y a no reproducir las desigualdades y la deshumanización presentes en la sociedad. Además, destaca la importancia de tomar decisiones que reflejen los principios del Evangelio y de comprometerse activamente en la transformación del mundo y en el servicio a la humanidad.

 

El Papa agradece a las universidades católicas por su contribución a la enseñanza, investigación y servicio comunitario, instándolas a iluminar las aspiraciones humanas con la razón y la esperanza, liderar diálogos sobre temas contemporáneos y construir alianzas intergeneracionales e interculturales para abordar los desafíos de la ecología integral y el bien común.