En la última Audiencia General celebrada en el Aula Pablo VI el 10 de enero, el Papa Francisco abordó la temática de la gula en su ciclo de catequesis sobre vicios y virtudes. Inspirándose en el Evangelio, destacó el primer milagro de Jesús en las bodas de Caná como muestra de su simpatía por las alegrías humanas al regalar abundante vino a los novios.
El Pontífice señaló la diferencia entre Jesús y Juan el Bautista, resaltando la disposición de Jesús a compartir comidas con pecadores, subrayando su voluntad de comunión y cercanía. Además, mencionó que Jesús desafiaba las restricciones judías sobre alimentos puros e impuros, enfocándose en la importancia de la relación con la comida más que en los alimentos en sí.
En su alocución, el Papa advirtió sobre las enfermedades relacionadas con la mala relación con la comida, como anorexia, bulimia y obesidad, vinculándolas a desequilibrios psíquicos y del alma. Destacó que la forma de comer revela el interior de las personas, sus hábitos y actitudes psíquicas.
El Papa Francisco llamó al vicio de la gula "locura del vientre" y advirtió sobre sus peligros, tanto a nivel personal como social. Desde una perspectiva social, declaró que la gula puede ser el vicio más peligroso, señalando la voracidad que ha llevado a la humanidad a comprometer el futuro del planeta al saquear sus recursos.
En una crítica más amplia, el Papa expresó su preocupación por la voracidad humana que está dañando el planeta y llamó a la reflexión sobre el término "consumidores", lamentando la transformación de la humanidad en depredadores en lugar de custodios responsables del medio ambiente.
El Santo Padre concluyó animando a los fieles a buscar la curación del Evangelio, superando la gula personal y social, y abogó por un camino de sobriedad para evitar que todas las formas de gula dominen la vida de las personas.
Con información de Vatican News