Papa Francisco en Nochebuena: el amor que transforma la historia y la llamada a la Adoración

Escrito el 24/12/2023
Pablo Ambrosio


En la homilía de la Misa de Nochebuena y Natividad del Señor en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco destacó el mensaje central: la transformación histórica a través del amor. Invocó la importancia de creer en un amor divino, distinto al poder terrenal, y llamó a la adoración, basándose en el nacimiento de Jesús en Belén.



Santa Misa de Nochebuena y Natividad del Señor


El pontífice resaltó la paradoja del nacimiento de Jesús durante un censo mundial, donde, a diferencia de la búsqueda de poder y reconocimiento humano, el Rey de la historia optó por la humildad y la pequeñez. Señaló que este acto revela la trama humana obsesionada por el poder y el beneficio, contrastando con el camino de Jesús, que busca la encarnación y el amor desde abajo.

 



El Papa durande la homilía en la Misa de Nochebuena 


Francisco advirtió sobre la tentación de una visión pagana de Dios, alejado y controlador, contrario al Dios encarnado que abraza la existencia humana. Enfatizó que la Navidad no debe interpretarse como una celebración mundana del beneficio, sino como la ternura de Dios que salva el mundo encarnándose.

El Papa instó a reflexionar sobre el significado de la encarnación, donde el Verbo se hace carne, demostrando la plena entrada de Dios en la condición humana. Destacó que, para Dios, cada persona es un rostro y no un número, alentando a confiar en Jesús y dejarle las preocupaciones.

 



Santa Misa de Nochebuena y Natividad del Señor


En el contexto de un mundo ocupado e indiferente, el pontífice cuestionó quién realmente mira a Jesús. Recordó que en Belén, mientras muchos estaban ocupados con el censo, solo unos pocos, como María, José, pastores y magos, se acercaron a adorar al recién nacido. Exhortó a seguir su ejemplo, centrando la mirada y el corazón en Jesús.

 



Basílica de San Pedro durante la Misa de Nochebuena


Concluyó la homilía resaltando la importancia de la adoración como camino para acoger la encarnación. Enfatizó que adorar no es perder el tiempo, sino permitir que Dios habite en el tiempo humano, colaborando así en la transformación del mundo. La adoración se presenta como un acto de intercesión, reparación y colaboración con la obra divina que endereza la historia.