En la tarde del miércoles 31 de julio, el Papa Francisco realizó una visita al histórico parque infantil Luna Park de Ostia Lido, a una hora de Roma. Esta visita, interrumpiendo su único mes de vacaciones de verano, tenía como objetivo encontrarse con feriantes y trabajadores del circo, un sector afectado por la pandemia del COVID-19 y a menudo marginado. Al llegar, el Pontífice fue recibido por una pancarta que decía "El Luna Park de Ostia te abraza" y se detuvo a bendecir una estatua de la "Virgen protectora del espectáculo ambulante y del circo".
El Papa fue recibido con afecto por la hermana Geneviève Jeanningros, quien desde hace 56 años vive entre los carousers de la zona. Geneviève, junto al párroco Giovanni Vincenzo Patané, condujo al Papa a una sala donde se celebran fiestas infantiles, donde Francisco fue aplaudido y se encontró con un grupo variopinto de personas. En su discurso, agradeció a los feriantes por "hacer sonreír a la gente" y bromeó con los asistentes.
El evento incluyó un espectáculo de payasos y acróbatas, y Francisco compartió momentos con niños y familias presentes. Al final, el Papa agradeció la cálida acogida y destacó la importancia de mantener la alegría. La visita concluyó con fotos y saludos, destacando la humildad del Papa al elegir pasar este tiempo con la comunidad de feriantes en lugar de atender llamadas de Jefes de Estado.
