Misa Crismal

Escrito el 26/03/2024
Pablo Ambrosio


La Misa Crismal, que el obispo celebra con su presbiterio, y dentro de la cual se consagra el Santo Crisma y bendice los demás óleos, es como una manifestación de comunión de los presbíteros con el propio obispo.

Con el Santo Crisma consagrado por el obispo se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos y la iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, estos se preparan y disponen al bautismo. Con el óleo de los enfermos, estos reciben el alivio en su debilidad.

También en esta celebración, los presbíteros renuevan las promesas realizadas el día de su ordenación.
 

La palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción. El crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones.

La consagración del crisma y la bendición de los otros dos aceites ha de ser considerada como una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo.

Ordinariamente esta misa se celebra en la catedral de cada diócesis el Jueves Santo; pero, por razones de conveniencia pastoral, se puede adelantar a uno de los días de la Semana Santa.


En Guatemala por el arraigo de las tradiciones en las parroquias de todas las diócesis, se decide realizar el Martes Santo.