El Nazareno de un barrio llamado San Pedrito

Escrito el 15/03/2024
Jason Alejandro Racancoj Ulin

Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciendole; “Sálvanos Señor, que perecemos” San Mateo 8:25


San Pedro las Huertas es esa aldea que encontramos aún en la Antigua Guatemala, misma que fue de gran arraigo en la época colonial; pero debido a los desastres naturales, movimientos telúricos y las destrucciones que esto represento, se tomó la decisión del traslado de la ciudad de Santiago de los Caballeros al Valle de la Virgen, por lo que la aldea de San Pedro también sería trasladada, llegando a ubicarse en las periferias del nuevo asentamiento.

Ya asentados en el valle de la Virgen se manda a erigir una capilla para la población trasladada, dicha capilla posteriormente recibe el mismo nombre de San Pedro las Huertas, quedando bajo el resguardo de la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, Templo el Calvario, hasta el siglo pasado, conformándose un barrio alrededor de esta capilla.

Cuenta la tradición que el Reverendo Padre Gabriel Solares un presbítero muy importante en la historia de este barrio, por allá en el lejano año de 1917, tuvo una revelación de nuestro Señor Jesucristo, donde le pedía que se hiciera una imagen de Él, para que fuera venerado en la Iglesia de San Pedro las Huertas, donde por medio de su imagen llevaría la paz y la bendición al barrio, por lo que el Padre Solares inicia con dicho proyecto que le encargo la Divina Providencia.

Siendo a finales del año 1919 que el ilustre escultor Don Huberto Solís haría entrega de una bella imagen de Jesús Nazareno al Reverendo Padre Gabriel Solares, quien al verlo se deslumbraría, al admirar una imagen con singular belleza, el Padre Solares, en ese entonces párroco de Nuestra Señora de los Remedios el Calvario, a la cual pertenecía la iglesia de San Pedro, coloca al Nazareno en el altar mayor del templo del Calvario, permaneciendo allí mientras se terminaba de construir su capilla en la iglesia de San Pedro las Huertas.

 



La belleza de Jesús Nazareno de San Pedrito al ser observada y contemplada es fácil entender el motivo por el cual el Padre Solares se deslumbraría al conocerlo por primera vez; la bella talla de nuestro Señor que ve a su pueblo con una mirada de consuelo y paz, que, a pesar de tener aflicción, esos bellos ojos avellanados dan la fuerza, firmeza y amor a los fieles que se acercan a Él. La Imagen no es de gran tamaño y nos presenta un Nazareno con el cabello tallado que, a diferencia de otros, él gira el rostro a la izquierda, resaltando sobre todo esa bella tez morena, misma que refleja que nuestro Señor Jesucristo está unido a esta Guatemala mestiza.

Es hasta el año de 1920, en el segundo domingo de cuaresma, que, en solemne cortejo procesional, Jesús Nazareno deja la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios y se dirige a ese barrio que lo acogería con los brazos abiertos y que tiene puesta su fé en Él hasta el día de hoy; la Iglesia de San Pedro lo recibió con gran jubilo y algarabía, realizando una Solemne Eucaristía, siendo el evangelio de ese día “Sálvanos Señor, que perecemos” y al no tener un nombre que identificara al bello Nazareno, el Padre Solares durante la homilía le dice a la feligresía: “El Santo Evangelio le está dando el nombre”, por lo que desde ese día seria conocido como Jesús Nazareno de la Salvación.

Jesús Nazareno de la Salvación ha sido testigo de la historia reciente de la Iglesia de San Pedro, siendo una de ellas cuando el excelentísimo Monseñor Mariano Rosell y Arellano Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala, constituye canónicamente a la capilla de San Pedro la Huertas, en la Parroquia de San Pedro Apóstol. Otra de las fechas de suma importancia es la Consagración de Jesús Nazareno de la Salvación, realizada por el excelentísimo Monseñor Oscar García Urizar un segundo domingo de cuaresma del año de 1992, siendo él una de las pocas imágenes consagradas de los barrios.

Debido a este gran arraigo de Jesús Nazareno de la Salvación con el barrio de San Pedrito, es que podemos observar el quinto domingo de cuaresma, el tan ya tradicional cortejo procesional de Jesús Nazareno de San Pedrito, mismo que recorre las calles del barrio de la zona 5, donde se ven desplegados el cariño que su barrio le tiene, las familias vuelven a juntarse para ver su tradicional recorrido, familias en donde sus integrantes ya han emigrado a otras partes de la ciudad, pero que siempre regresan para poder ver a su Nazareno de tez morena.

El cortejo de Jesús Nazareno de la Salvación tiene una parafernalia única de los barrios, contando con su propio escuadrón de romanos, el viacrucis y su bello mueble procesional, dichos elementos le aportan esa personalidad única al cortejo, así como el marco de perfecto para sentir ese misticismo que los grandes cortejos muchas veces no nos permiten ver, pero que en los barrios apreciamos de una manera única; ver como las familias se sienten tan cercanas a su Nazareno, percibir como ellos no lo toman como un vecino más, sino el protector de la zona 5.

El cortejo procesional siempre estará acompañado de la Santísima Virgen de los Dolores, madre de todos los vecinos del barrio que devotamente se acercan a ella cada quinto domingo de cuaresma para poder verla y elevarle sus oraciones, la imagen de nuestra Señora, también es obra del ilustre Don Huberto Solís, ella que con los brazos abiertos nos invita a acercarnos, y con esos ojos que intuyen en lo más profundo del corazón y nos hace un llamado a la reconciliación.

Es casi imposible hablar de Jesús de la Salvación y su cortejo del quinto domingo sin tener presente al Maestro Víctor Manuel Lara Gaytán, que con las bellas notas de la memorable marcha fúnebre “A los pies del Maestro”, dejo entrever la devoción que le tenía al Nazareno del barrio de San Pedrito, dicha marcha que es reconocida dentro del pentagrama fúnebre guatemalteco, es parte de los protocolos al salir Jesús Nazareno de la Salvación en su solemne cortejo procesional.

Los cucuruchos deberán ser los protectores de que estas tradiciones no desaparezcan ya que el misticismo, arraigo y devoción que cada barrio desborda por sus sagradas imágenes es muy íntimo y cercano, estos cortejos muy pocas veces hemos sabido darles el reconocimiento que se merecen, nuestros barrios han sido capaces de continuar con este hermoso legado, pero que bien se siente cuando alguien más mete el hombro para seguir adelante.

Son más de 100 años que el Barrio de San Pedrito de la zona 5, le ha tenido veneración, devoción y fé a su bello y consagrado Nazareno de la Salvación; es así como ahora debemos recordar que cada quinto domingo de cuaresma todo un barrio sabe que “A los pies del Maestro”, pueden decir “Sálvanos, Señor”.