Orígenes de la Cofradía de los Siete Dolores y Consagración de la Santísima Virgen

Escrito el 22/02/2024
Pablo Ambrosio


La Cofradía de los Siete Dolores de la Santísima Virgen, de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, Santo Domingo lleva escribiendo siglos de devoción en Guatemala. 

En apoyo al crecimiento de la Iglesia Católica en el emergente reino de Guatemala tras la llegada de los españoles a finales de 1523, se establecieron las primeras cofradías de españoles después de la creación del primer asentamiento español el 25 de julio de 1524. Este primer poblado, bajo la advocación del apóstol Santiago, fue fundado en la antigua capital de los Kaqchikeles, conocida como Iximché, y posteriormente trasladado al Valle de Almolonga el 22 de noviembre de 1527.

Según Domingo Juarros, en este valle se establecieron las primeras cofradías dentro de la orden franciscana, antes de la formación de la jerarquía eclesiástica bajo el patrocinio de La Inmaculada Concepción, mencionada en varios registros del cabildo de la ciudad desde el 27 de noviembre de 1527, así como de La Santa Veracruz, fundada el 9 de marzo de 1533.

El establecimiento formal de la jerarquía eclesiástica en el reino se sitúa con la creación del obispado de Guatemala el 18 de diciembre de 1534, mediante una bula del Papa Paulo II, subordinado al obispado de Sevilla, y la designación de Francisco Marroquín como su primer obispo.

Es importante destacar que en ese momento, la única orden religiosa presente en la región era la franciscana, ya que los dominicos, para 1534, aún no habían establecido su convento. Por lo tanto, la cofradía de La Santa Veracruz fue la primera en fundarse específicamente para apoyar el culto a la Pasión de Cristo, encargándose de organizar las primeras celebraciones formales de Cuaresma y Semana Santa, siguiendo la tradición española de la época.

En 1536, fray Bartolomé de las Casas reabrió el convento de los dominicos, fundado cuatro años antes pero que aún no había entrado en funciones, a petición del obispo Marroquín. En 1537 se unió a esta presencia el convento de Nuestra Señora de la Merced.

 

El narrador de los acontecimientos estaba encargado de detallar exhaustivamente las funciones religiosas, lo que incluía descripciones minuciosas que abarcaban desde el tamaño de las imágenes utilizadas en el culto hasta el adecuado uso de las vestiduras de los frailes, las cuales servían principalmente para identificar la posición jerárquica de cada sacerdote dentro de las distintas órdenes de predicadores. Estas circunstancias nos acercan directamente a la supervisión del cumplimiento de la uniformidad en el culto religioso en la arquidiócesis de la Nueva España, que constituía un elemento fundamental para la unificación ideológica y que resulta crucial para comprender el relato siguiente y aproximarnos al culto religioso de la Pasión de Cristo, así como para percibir la función específica de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad en el templo de Santo Domingo, en la ciudad de Santiago.

La cofradía de los Siete Dolores de la Santísima Virgen es una institución con una historia que se remonta al siglo XVI y que fue reconstituida como Cofradía Femenina en 1907. Desde entonces, su actividad principal ha sido la promoción del culto a los Siete Dolores de la Santísima Virgen, mediante movimientos religiosos que se ven reforzados por actividades de proyección social y cultural.



La Consagración de la mano de Monseñor Próspero Penados del Barrio de la Imagen de Nuestra Señora de Soledad del Templo de Santo Domingo se realizó un 22 de febrero de 1998. La misa fue realizada en la Basílica celebrada por Fray Carlos Amado OP.  

Este 2024 se cumplen 26 años de aquel histórico momento que marcó la Cofradía de las distinguidas damas y la historia del pueblo devoto de Nuestra Señora de Soledad.

 

Información de: Luisa Fernanda Urquizu González
Fotografía: Diego Garrido